Tranquility Bay
Publicado por oscarlsv el 31 Marzo 2012
Por Pelayo Junquera y David Salinas
Tranquility Bay es un centro de modificación de comportamiento situado en Jamaica. Muchas familias de Estados Unidos deciden enviar a sus hijos a este lugar. En este centro viven 250 adolescentes encerrados. Los estudiantes deben desplazarse en silencio y está prohibido que se miren entre ellos. En primer lugar, se aconseja a los padres que antes de que envíen a sus hijos aquí, es preferible que los planes se mantengan en secreto. Desde que los niños son internados en el centro, no se les permite hablar con sus padres hasta después de un año.
Se distinguen varios grupos, que se dividen en familias. En Tranquility Bay no se imparten clases, simplemente se continúa con el modelo educativo de Estados Unidos. Además, todos los días siguen una misma rutina. Tranquility Bay se caracteriza por ser básicamente un campo de detención privado, pero hay un aspecto importante del que se diferencia de los demás centros y es que ningún adolescente llega con una fecha de salida, sino que los estudiantes son considerados aptos para irse sólo cuando han demostrado que creen sinceramente que merecen estar ahí y que el centro les ha salvado la vida. Se distinguen seis niveles diferentes y cada aspecto de su conducta se evalúa diariamente, y a medida que van ganando puntos, tienen derecho a una serie de privilegios.
El Proceso de Observación (consistente en poner boca abajo en el suelo al individuo que se rebele), según sugiere el director, está dirigido a “darles una oportunidad para reflexionar”. Una de las razones más comunes para mandar a alguien aquí es el consumo de drogas, aunque no aceptan jóvenes adictos. Otros de los motivos típicos por los cuales los jóvenes llegan a Tranquility Bay son escaparse de casa, acostarse con alguien o ser expulsado del colegio.
ANÁLISIS CONDUCTISTA Y VALORACIÓN CRÍTICA DE ESTE TIPO DE CENTROS.
Este tipo de centros en el que se internan adolescentes con comportamientos problemáticos vistos desde un punto de vista conductista se pueden interpretar como lugares de “condicionamiento absoluto” debido a que los internos pasan todo el día sometidos a condicionamientos tanto clásicos como operantes, dirigidos con la única finalidad de conseguir un cambio radical en su conducta, de acuerdo a la “adecuada” o “deseada” por sus padres. Algunos de los métodos utilizados allí para conseguir esto es, por ejemplo, el sistema de “niveles”: En el nivel 1 está prohibido hablar, levantarse, sentarse o moverse sin permiso. Cuando se alcanza el 2, se puede hablar sin autorización previa. En el 3, es posible llamar a casa. Los niveles 4, 5 y 6 implican privilegios como llevar ropa distinta o comer una chocolatina. Con esto hacen que los internos se vean obligados a seguir las normas establecidas para poder ascender de nivel y así obtener privilegios, de esta manera se ve con claridad que el condicionamiento empleado es operante, ya que por su “conducta adecuada” son premiados con esos privilegios, y esos privilegios les llevan a un último fin, que es salir del centro.
En nuestra opinión esto no es nada productivo, ya que el condicionamiento operante ha de ser constante para que la conducta deseada continúe siendo la efectuada por el sujeto, por lo que los internos una vez hayan abandonado el centro, lo más probable es que al cabo de un tiempo, al no ver el castigo o el premio cerca, vuelvan a las “andadas”. También por otro lado es un fraude ya que muchas de las familias que envían a sus hijos allí, son engañadas puesto que no reciben la suficiente información de los métodos que utilizarán con sus hijos.
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